Esta propiedad, contigua al Château Clarke, fue adquirida en 1973 por el barón Edmond de Rothschild. El viñedo fue reestructurado y los edificios completamente renovados. Los viñedos se extienden sobre 33 hectáreas de suelo arcillo-calcáreo. Este terroir favorece la expresión de merlot, variedad que domina en este excelente tinto bordelés.
Vinificación: En depósitos de acero inoxidable con termorregulación automática y fermentación maloláctica en cuba
Maridaje: Carnes y quesos
Vista: Púrpura profundo
Nariz: Intensa, dominada por aromas de frutas frescas (grosella negra y ciruela), ligeramente mentoladas y acompañadas de delicadas notas amaderadas
Boca: El ataque es graso y carnoso, dando paso a un paladar elegante, donde sobresale su equilibrio entre taninos precisos y aterciopelados y una acidez que aporta frescura a la vez que gran longitud
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