Esta bodega no solo produce deslumbrantes rieslings secos en su viñedo de Marienburg sino que también elabora inimitables dulces. Es el caso de este portentoso blanco, elaborado en años señalados, que es un ejemplo de la sutileza y la elegancia alcanzable entre el dulzor y la acidez.
Vinificación: Después de la vendimia y selección, las cepas tienen una maceración más larga y se prensan muy lentamente a baja presión y se fermentan de forma espontánea. La clarificación se realiza mediante sedimentación
Maridaje: Aperitivos, postres, queso y foie
Vista: Dorado
Nariz: Cítricos maduros, frutas tropicales y un toque de hierbas verdes
Boca: Intenso, puro y dulce como la miel, muy delicado, con una acidez finamente picante y un final largo y ligeramente salino
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